lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós a Mario Benedetti...


El mundo artístico está de luto. Hace una semana, una dolencia pulmonar le ganaba el pulso a Antonio Vega en su lucha por vivir. Hoy, la pérdida de una anciana vida deja de nuevo un vacío irrecuperable y una tristeza notoria en el interior de muchas personas que conseguían entrar en su propio mundo a través de las palabras del ahora ausente. Anoche le llegaba el final a Mario Benedetti, un hombre que vivió con intensidad la obra que nos deja, un gran escritor, un defensor de los derechos humanos y de las causas nobles, pero sobre todo, como diría Antonio Machado, un hombre en el mejor sentido de la palabra, un hombre bueno. La sencillez y humildad que acompañaron toda su obra, así como su propia vida, reaparecieron ayer cuando el ya agotado poeta sucumbía ante la muerte en su casa de Montevideo, rodeado de los suyos, tan discreto como siempre. Sin embargo, hay quienes dicen que el poeta uruguayo llevaba ya muerto desde hace tres años, cuando la que fue la mujer de su vida, Luz, lo dejó gravemente malherido tras su muerte. Benedetti vivió con ella toda una vida y se mantuvo a su lado en sus peores momentos. El alzheimer que acabó con la vida de su esposa llenó su casa de desolación y de huída. No obstante, el poeta del compromiso, del amor, y de la alegría siguió escribiendo y plasmando sus sentimientos sobre el papel. Y su rostro, aunque con una mezcla de nostalgia y desazón por todo lo vivido, se esforzaba en transmitir esa alegría que quiso que acompañara la vida de toda persona. “Hay que defender la alegría como una barricada”, decía siempre el poeta. Ahora, aunque su voz permanezca ya callada, sus versos y, sobre todo, su recuerdo no caerán en el olvido.
"Mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos"

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