Con la exigencia de abrir debates y la premisa de que Internet sirva para mejorar las cosas, Ana Pastor daba comienzo hace unos minutos este coloquio, en compañía de Leyre Pajín y Soraya Sáenz de Santamaría.
“Estamos ante un nuevo paradigma social y económico, donde cada persona se configura como un agente activo”, afirmaba la secretaria del PSOE. Es innegable que Internet ha transformado las relaciones sociales en estos últimos años, ya no sólo entre individuos, sino particularmente la relación entre medios de comunicación y partidos políticos, y más aún entre los partidos políticos y la ciudadanía. La red nos permite una nueva forma de realizarnos, y en este sentido, como bien ha afirmado Leyre, “los partidos políticos no deben ser un freno.”
El reto para ellos está en adquirir la capacidad de crear una información de forma colectiva y ser capaces de gestionarla. Se acercarían en este sentido al perfil del periodista, que atiende a sus fuentes, las consulta, las valora y las tiene en cuenta a la hora de realizar sus reportajes. “Debemos aprovechar las nuevas tecnologías para hacer mejor nuestro partido”, incitaba Leyre, a la que la experiencia propia le ha servido para darse cuenta de que cuantos más ciudadanos han participado en el desarrollo de las propuestas políticas de su partido, más han acertado con ellas. Un hecho que parece lógico, pero que sin embargo, le ha llevado mucho tiempo a la mayoría de políticos percatarse de ello. En definitiva, concluía Pajín, se trata de “influir y dejarse influir”, cita muy en boca de todos que no debería quedarse sólo en palabras.
Por su parte, Soraya hacía hincapié en la idea de unirse a las nuevas tecnologías para crecer como partido: “Si no estás enganchado permanentemente a Internet, te vas perdiendo muchas cosas en el camino. Yo creo que hay que temer a los regímenes y a los partidos que temen a Internet”.
Por otro lado, ambas han coincidido en la necesidad de dar profesionalidad a la cantidad de información que hay en la red. En efecto, Internet es una gran piscina de bolas en la que resulta difícil distinguir cuál es la importante. La credibilidad es algo básico, tanto en el periodismo como en la política. Internet se nos plantea como una “revolución de la libertad”, como bien lo ha definido la portavoz del PP, pero por encima de este derecho fundamental hay otra serie de bienes, de valores que es necesario respetar, como es el caso de la veracidad de la información, requisito imprescindible en el ejercicio de ambas profesiones.
“Estamos ante un nuevo paradigma social y económico, donde cada persona se configura como un agente activo”, afirmaba la secretaria del PSOE. Es innegable que Internet ha transformado las relaciones sociales en estos últimos años, ya no sólo entre individuos, sino particularmente la relación entre medios de comunicación y partidos políticos, y más aún entre los partidos políticos y la ciudadanía. La red nos permite una nueva forma de realizarnos, y en este sentido, como bien ha afirmado Leyre, “los partidos políticos no deben ser un freno.”
El reto para ellos está en adquirir la capacidad de crear una información de forma colectiva y ser capaces de gestionarla. Se acercarían en este sentido al perfil del periodista, que atiende a sus fuentes, las consulta, las valora y las tiene en cuenta a la hora de realizar sus reportajes. “Debemos aprovechar las nuevas tecnologías para hacer mejor nuestro partido”, incitaba Leyre, a la que la experiencia propia le ha servido para darse cuenta de que cuantos más ciudadanos han participado en el desarrollo de las propuestas políticas de su partido, más han acertado con ellas. Un hecho que parece lógico, pero que sin embargo, le ha llevado mucho tiempo a la mayoría de políticos percatarse de ello. En definitiva, concluía Pajín, se trata de “influir y dejarse influir”, cita muy en boca de todos que no debería quedarse sólo en palabras.
Por su parte, Soraya hacía hincapié en la idea de unirse a las nuevas tecnologías para crecer como partido: “Si no estás enganchado permanentemente a Internet, te vas perdiendo muchas cosas en el camino. Yo creo que hay que temer a los regímenes y a los partidos que temen a Internet”.
Por otro lado, ambas han coincidido en la necesidad de dar profesionalidad a la cantidad de información que hay en la red. En efecto, Internet es una gran piscina de bolas en la que resulta difícil distinguir cuál es la importante. La credibilidad es algo básico, tanto en el periodismo como en la política. Internet se nos plantea como una “revolución de la libertad”, como bien lo ha definido la portavoz del PP, pero por encima de este derecho fundamental hay otra serie de bienes, de valores que es necesario respetar, como es el caso de la veracidad de la información, requisito imprescindible en el ejercicio de ambas profesiones.